Luego de reunirse con la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú Tum, el gobernador Manuel Velasco Coello señaló que en dicho encuentro, donde acordaron trabajar para fortalecer las culturas indígenas, la equidad de género y el desarrollo de la frontera sur, se refrendaron los lazos de hermandad que unen a Chiapas y Guatemala.
Velasco Coello destacó que se trató de una
reunión cordial con una mujer a quien calificó de “extraordinaria” y
abundó sobre los temas que ambos trataron, detallando que éstos son
fundamentales para el desarrollo Chiapas.
En ese sentido, el mandatario chiapaneco
señaló que su administración tiene un claro y firme compromiso con los
derechos de las mujeres, de los migrantes y el fortalecimiento y
desarrollo de los pueblos indígenas.
Cabe resaltar que apenas hace unos días,
Velasco Coello puso en marcha el programa “Bienestar, de corazón a
corazón”, que permitirá que en este 2014, 40 mil madres trabajadoras
solteras accedan a un apoyo económico mensual.
Asimismo, en el tema de migrantes, el
Gobierno del Estado impulsa políticas públicas humanistas que reconocen
los derechos de las y los migrantes, porque existe un enorme compromiso y
responsabilidad con el fenómeno migratorio, de ahí que se hacen
esfuerzos por construir una frontera humana, que una y no que divida.
En lo que corresponde a los pueblos
indígenas, el gobierno de Manuel Velasco trabaja para diseñar e
implementar estrategias que garanticen a las familias acceder a una
mejor salud, educación, vivienda, infraestructura carretera y urbana,
así como el respeto a sus expresiones culturales, para lograr una
sociedad justa, equitativa e incluyente.
Datos de la Fundación Rigoberta Menchú Túm,
destacan a la indígena k’iche’ por su liderazgo al frente de las luchas
sociales en el ámbito nacional e internacional, trayectoria que fue
reconocida en el año 1992 con el Premio Nobel de la Paz, siendo hasta el
momento la persona más joven en recibir este reconocimiento.
Desde muy joven se involucró en las luchas
reivindicativas de los pueblos indígenas y campesinos lo que le valió
persecución política y el exilio. Tuvo una participación activa en la
ONU, asistiendo a las sesiones anuales de la Comisión de Derechos
Humanos, a las sesiones de la Comisión de Prevención de las
Discriminaciones y Protección de las Minorías y fue parte del grupo de
trabajo sobre poblaciones indígenas.
La plataforma del Premio Nobel le permite
continuar impulsando importantes iniciativas, tanto nacionales como
internacionales, tal como la creación de la Iniciativa Indígena por la
Paz.
Fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad
de la ONU para el Año Internacional de los Pueblos Indígenas, en la
Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Viena, Austria, junio de 1993
y en el año de 1996 fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la
Unesco.
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