lunes, 1 de julio de 2013

La coronación en la víspera



   Liliana Molano

   “Aquí te traigo esta corona,
    Que en el jardín la corte;
    No traje triquis ni marimba,
    Porque no tuve con que”

¿Cuántos de nosotros no hemos escuchado tan popular verso en alguna fiesta celebrada el día anterior al cumpleaños de un familiar o un amigo? e inclusive hemos llevado la tradicional “corona” para colocársela al cumpleañero sin saber el origen de tan hermosa tradición.
    Pues bien, dicha tradición tiene sus raíces en los pueblos zoques que abarcaban varias poblaciones de nuestro Estado: Tuxtla Gutiérrez, Ocozocoautla o Coita como es mejor conocido, San Fernando, Copainalá,  etc. y toda la parte Occidental que hacen frontera con Tabasco, Oaxaca y Veracruz.
En un principio la corona era una fiesta que se le hacía exclusivamente a los santos patronos de cada lugar, el Santo era coronado por todos los miembros de la comunidad acompañados con tambor y pito o bien con una banda de música o “música de viento” como se le conocía antes.
La fiesta era la más importante del pueblo y era esperada ansiosamente por los pobladores ya que se echaba “la casa por la ventana” y no se escatimaba en ningún gasto para la comida y la música de ahí surge la idea de que dicha celebración no fuera exclusiva para los santos sino que también se hiciera extensiva para los pobladores de cada lugar.
Las coronas se hacían de flores naturales y era muy común que cada familia la realizara con las flores de su casa, dándole así un toque personal a cada corona. Se hacían generalmente con claveles ya que esta flor no se marchita tan pronto con el calor y dura varios días.
Actualmente es mas cómun ir a la “tiendita” de la cuadra y adquirla ahí pero hecha de papel de china con adornos de acuerdo alusivos al género del festejado: con balones de futbol, flores, e incluso con sombreros y cervezas en miniatura.
Sin embargo la modernidad no ha acabo con la tradición de la corona de flores naturales ya que en el Mercado 20 de Noviembre o Mercado de las flores como es más conocido, aún las elaboran. Las hay dobles o sencillas, la primera es con dos hileras de flores y la segunda solamente con una.
La forma adecuada de poner la corona es interpretando versos conocidos también como “corona”, “felicitaciones” o “parabienes” que son del dominio popular; dichos versos anteriormente eran cantados no hablados como se dicen actualmente aunque las personas de antaño conservan aún la costumbre de decirlos “cantaditos” y por eso son los más aplaudidos en las fiestas.
Los versos son adaptados de acuerdo a la personalidad del festejado, hay los que hacen alusión a la fiesta o algunos con tono formal:

“Hoy cuando la aurora
deslumbrante apareció,
el calendario me enseñó
que la víspera es ahora.
Víspera del cumpleaños
en que nos ves aquí reunidos,
los tuyos, los de la familia
y tus amigos queridos”
---
“Todo el año he recorrido
entre fiestas y danzas,
 chunquito yo aquí te ruego,
que con sabrosas botanas,
a todos nos llenes la panza”
  
También hay quien compone los versos con doble sentido para darle un toque chusco a la reunión:

“Desde la costa he venido,
Cargando camarón, lisa y bagre,
Sólo para venirte a felicitar
Hijo de… mi querida comadre”

Al terminar la coronación es tradición que se quemen carrilleras de triquis y después sean entonadas las mañanitas. Posteriormente todos los invitados se forman para abrazar al del cumpleaños y tomarse la foto del recuerdo. 
Después se sirven botanas tradicionales como el camarón seco con tomate picado, cebolla, limón y chile acompañado de tostadas; la carne molida con limón, o “carne tartara” como es ahora conocida, frijoles refritos, quesillo, butifarra y menudencia acompañados de refrescos, cerveza y uno que otro trago de algo más “fuertecito” para los que no les gusta la cerveza.
Por supuesto la música de marimba no puede faltar interpretando canciones tradicionales como “Ferrocarril de los Altos”, “Los Palitos” y por supuesto la tradicional melodía de “Las chiapanecas”.
En algunas zonas, como en la Costa, se acostumbra que antes de terminar la fiesta uno de los invitados debe quitar “la corona” al cumpleañero, por supuesto acompañado de su respectivo verso:

“Yo le quito la corona
 y la coloco en la mesa,
para que el feliz festejado
nos invite la cerveza”
---
“Yo le quito la corona
Y ya no se ni lo que hago
Porque es hora que el del santo
Saque la botella de trago”

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