lunes, 5 de agosto de 2013

TRECE SUR

 

NO AL VANDALISMO



            Después del encuentro entre Jaguares de Chiapas y el Club Guadalajara que éste empató en el último minuto por la mínima diferencia, una turba de supuestos seguidores del equipo felino provocó una ola de disturbios y agredió a aficionados y a miembros de la porra de las chivas que venían desde Guadalajara, Jalisco.
            El camión donde se transportaban los visitantes fue emboscado sobre el libramiento norte y calzada a El Sumidero, justo cuando se disponía a tomar la salida poniente hacia la capital del país. Al menos 200 sedicientes aficionados de los Jaguares salieron de la oscuridad para cometer la agresión dando como resultado que 12 personas quedaran lesionadas siendo hospitalizadas en diversos nosocomios capitalinos.

            El hecho es lamentable y no puede atribuirse a la afición de fútbol local, pues ésta ha sabido comportarse respetando en todo momento a los jugadores y a quienes llegan de otras entidades cuando Jaguares le toca ser el anfitrión en el torneo. Sin duda se trata de un acto de vandalismo provocado con la intención de desprestigiar al equipo Jaguares y hacer quedar mal a la afición y a las autoridades chiapanecas.

      No es catastrofismo señalar que los enemigos del régimen están alertas ante cualquier oportunidad para intentar desatar la barbarie. Y el fútbol, por toda la pasión y las emociones que derrama, es sin duda un factor vulnerable desde donde pueden aprovecharse las circunstancias para generar el desorden.

            El balompié en México es por excelencia el deporte más aclamado por los jóvenes y los niños. En Chiapas al deporte se le ha dado una prioridad incuestionable en este gobierno, pues a través  de él y de la sana diversión se busca allanar mejores condiciones para la juventud, especialmente en las comunidades nativas en donde se han enderezado con mayor agresividad los programas de fomento al deporte para evitar que los jóvenes caigan en las garras de graves adicciones como la del alcoholismo.
         Los chiapanecos, todos, en cualquiera de nuestras trincheras debemos entender que ya es tiempo de superar nuestros rencores y que nadie vendrá a hacer por nosotros lo que nosotros no hagamos por Chiapas, ésta que es nuestra casa común y tierra generosa de oportunidades y de libertades.
         La libertad de expresión y la diversidad son bienvenidas. La crítica es necesaria en una democracia, pero no podemos tolerar, bajo ningún pretexto, cualquier manifestación de vandalismo y menos cuando se involucra  en una de las áreas de mayor aceptación y gusto en Chiapas como el fútbol.
            Más allá de la intolerancia, en Chiapas podemos demostrar que somos capaces de caminar en medio de la diversidad. Respetemos al deporte y lo fomentemos. Valoremos y demos un trato amable a quienes nos visitan, pues Chiapas podrá crecer solo si nosotros en verdad trabajamos en ello.

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