Hubert
Ochoa/Areópago
Si
de por sí gobernar personas es un asunto de exige habilidades de suyo
convenientes, destreza y claridad mental, gobernar Chiapas es todavía de
magnitudes extraordinarias por factores que no escapan del sentido común: el
surrealismo, su complejidad por el choque de dos culturas, su cosmogonía enraizada en credos diversos e ideologías
contrastantes; los cismas fratricidas, la explotación caciquil y la rapiña de antaño,
por ejemplo.
Gobernar
no es una tarea reservada para los pusilánimes o los autócratas sino para
hombres o mujeres que poseen cualidades excepcionales porque entienden que, en
este arte, deben conservar un equilibrio
emocional que les permita tener siempre los pies sobre la tierra sin perderse en los callejones de la
demencia, como tristemente ocurrió en Chiapas en trágicos episodios de
corrupción, saqueo y abuso de autoridad.
Manuel
Velasco Coello es un joven que, ciertamente, pertenece a una corriente
generacional en cuyo talento y esfuerzo está la transformación integral de
nuestras sociedades. Por eso valora sin reconcomios que el buen gobierno, más
allá de cumplir anhelos y metas propias y de ser un cargo mandatado y
legitimado por los ciudadanos, se trata de un servicio que mira siempre a
remover obstáculos para que los gobernados sean más libres, más felices, más
responsables, más solidarios y, por supuesto, les vaya mejor.
Las recetas para el ejercicio de un buen gobierno no se hallan en los manuales de una librería de cualquier esquina ni se macizan en los consejos hipócritas de la señorita Laura, sino en la riqueza espiritual consolidada en el seno de la familia, en la experiencia que da el tránsito en el servicio público honesto y comprometido, la cercanía con la gente, con los que menos tienen; saber escuchar y entender. Para conocer el sufrimiento de los demás es necesario haber sufrido.
Las recetas para el ejercicio de un buen gobierno no se hallan en los manuales de una librería de cualquier esquina ni se macizan en los consejos hipócritas de la señorita Laura, sino en la riqueza espiritual consolidada en el seno de la familia, en la experiencia que da el tránsito en el servicio público honesto y comprometido, la cercanía con la gente, con los que menos tienen; saber escuchar y entender. Para conocer el sufrimiento de los demás es necesario haber sufrido.
Hemos
recorrido un año hartamente difícil en Chiapas. Despertamos de la fantasía en
la que fuimos un pueblo de ilotas
con discursos maquillados de mentiras y cifras empalagosas pero irreales.
Chiapas fue una pelandusca abusada una y
otra vez por funcionarios deshonestos, sin escrúpulos, que la lastimaron sin
piedad y, luego de abusarla con tanta crueldad y de manera tumultuaria, la abandonaron
a su suerte para ellos gozar de fortunas mal habidas y llevar una nueva de vida
de aristócratas si antes eran tipos anodinos, vecinos de barrios arrabaleros,
dueños de cibercafé o camilleros de la Cruz Roja de la ciudad de México.
El barco estuvo a punto de zozobrar. La nueva administración se inició con una deuda brutal de 23 mil millones de pesos heredada por anteriores regímenes. Lo primero era reestructurar ese débito y evitar un colapso de resultados insospechados. Chiapas se financió y pudo pagar prudentemente los compromisos financieros. Este 2013, a diferencia de 2012, se cubrieron a tiempo todos los salarios de los servidores públicos, sin generar deuda.
El nuevo capitán pudo, pese a encontrar un estado en ruinas, saqueado, remontar no sin complejidades los más ingentes problemas manteniendo lo más preciado para nuestras familias: la paz, la gobernabilidad, la seguridad, el Estado de Derecho; un pueblo en libertades, más allá de los deseos caníbales de quienes quieren ver sangre en el escenario chiapaneco para satisfacer morbos o venganzas personales.
Se critica a la juventud porque se confunde con inexperiencia. Error. Sin relevo generacional no hay continuidad de las ideas ni de los programas. Los problemas de Chiapas necesitaban un nuevo rostro, frescura; nuevas ideas y vigor, un cambio de actores políticos para empujar la gran transformación de la estructura social y sacar a Chiapas del paisaje desastroso en el que nos lo dejaron.
Hemos dicho pero debemos repetírselos a los insensatos que la enorme brecha de iniquidades, acumulada en media centuria de abusos e indolencia oficial, no puede resolverse de la noche a la mañana, en un santiamén o con varita mágica. Los esfuerzos, la operación y tratamiento estratégico de los problemas que observamos en un año están orientados, precisamente, a sentar las bases de un futuro despejado y sereno para los que hoy son niños y jóvenes y mañana seguirán compartiendo y enriqueciendo nuestra casa común.
El barco estuvo a punto de zozobrar. La nueva administración se inició con una deuda brutal de 23 mil millones de pesos heredada por anteriores regímenes. Lo primero era reestructurar ese débito y evitar un colapso de resultados insospechados. Chiapas se financió y pudo pagar prudentemente los compromisos financieros. Este 2013, a diferencia de 2012, se cubrieron a tiempo todos los salarios de los servidores públicos, sin generar deuda.
El nuevo capitán pudo, pese a encontrar un estado en ruinas, saqueado, remontar no sin complejidades los más ingentes problemas manteniendo lo más preciado para nuestras familias: la paz, la gobernabilidad, la seguridad, el Estado de Derecho; un pueblo en libertades, más allá de los deseos caníbales de quienes quieren ver sangre en el escenario chiapaneco para satisfacer morbos o venganzas personales.
Se critica a la juventud porque se confunde con inexperiencia. Error. Sin relevo generacional no hay continuidad de las ideas ni de los programas. Los problemas de Chiapas necesitaban un nuevo rostro, frescura; nuevas ideas y vigor, un cambio de actores políticos para empujar la gran transformación de la estructura social y sacar a Chiapas del paisaje desastroso en el que nos lo dejaron.
Hemos dicho pero debemos repetírselos a los insensatos que la enorme brecha de iniquidades, acumulada en media centuria de abusos e indolencia oficial, no puede resolverse de la noche a la mañana, en un santiamén o con varita mágica. Los esfuerzos, la operación y tratamiento estratégico de los problemas que observamos en un año están orientados, precisamente, a sentar las bases de un futuro despejado y sereno para los que hoy son niños y jóvenes y mañana seguirán compartiendo y enriqueciendo nuestra casa común.
LOS
EJES
Soportado en cuatro ejes que son desarrollo, crecimiento,
bienestar y medio ambiente, el gobierno cimentado por el güero Velasco trabaja sin distracciones momentáneas ni futuras
vigorizando una administración honesta,
transparente, austera, que sirve a la gente, dando prioridad a los temas de
educación, migración, frontera sur,
desarrollo sustentable, campo, medio ambiente, desarrollo turístico y
asistencia social.
Hay en Chiapas un gobierno de puertas abiertas, de coalición, plural e incluyente semejante al que ofreció Manuel Velasco hace 365 días. Es un gobierno que cumple compromisos y da resultados. Las libertades son salvaguardadas. La relación de respeto y la colaboración institucional con los otros poderes, el Legislativo y Judicial, también es clave en el Chiapas de hoy.
Con el Congreso del Estado, el gobernador Velasco construye un marco legal progresista para las y los chiapanecos, mientras que con el Poder Judicial une fuerzas para fortalecer un sistema de justicia más autónomo, moderno, profesional y transparente. Asimismo trabaja con los 122 Ayuntamientos sin importar su origen partidista, los visita y lleva beneficios para sus habitantes.
Hay en Chiapas un gobierno de puertas abiertas, de coalición, plural e incluyente semejante al que ofreció Manuel Velasco hace 365 días. Es un gobierno que cumple compromisos y da resultados. Las libertades son salvaguardadas. La relación de respeto y la colaboración institucional con los otros poderes, el Legislativo y Judicial, también es clave en el Chiapas de hoy.
Con el Congreso del Estado, el gobernador Velasco construye un marco legal progresista para las y los chiapanecos, mientras que con el Poder Judicial une fuerzas para fortalecer un sistema de justicia más autónomo, moderno, profesional y transparente. Asimismo trabaja con los 122 Ayuntamientos sin importar su origen partidista, los visita y lleva beneficios para sus habitantes.
Hay
notables avances en materia de educación. El campo es otra de las grandes
prioridades. Son muchos los retos que enfrenta la diversidad de cultivos. Todos
son urgentes. Las medidas que se tomaron este año fueron la opción para
desarrollar mayores acciones en los años próximos.
Complejo
es el panorama de los principales productos agrícolas de exportación chiapaneca
y por ello este año se buscó mercados alternativos para llevar el esfuerzo de
los productores. En breve se empezará a enviar cosechas a esos lugares y para
finales de esta administración tendremos una gran fortaleza. Nuestra mira está
en las naciones asiáticas, fundamentalmente China; igualmente Rusia y Oriente
Medio.
La
vocación natural de Chiapas se está
potenciando con programas agropecuarios que son de largo aliento para este
sector estratégico para la seguridad alimentaria nacional.
En
Chiapas no hay tiempo para las lamentaciones porque son tiempos de trabajo,
escrutando opciones viables para millones de personas que son la fortaleza de
la entidad y que es la gente de las comunidades rurales, ha dicho el gobernador
Velasco y lo ha refrendado en cada una de las regiones.
Otra
de las grandes urgencias del pueblo chiapaneco es su salud. Las condiciones de
trópico húmedo y los diversos vectores de la zona son un portentoso desafío que
debe ser enfrentado, nada mejor que la colaboración de los chiapanecos en esta
cruzada que encabeza Manuel Velasco Coello.
El
gobierno ha cabildeado bien el
respaldo federal e internacional para abatir las llamadas enfermedades de la
pobreza, además de la desnutrición infantil. Las acciones son múltiples y la
sinergia ha sido básica para duplicar bríos y hacer más con menos recursos. Esa
es la instrucción que dio el Güero Velasco a su gabinete y que se viene
cumpliendo a marcha forzada.
Las
metas previstas para finales de esta administración son alentadoras y los
alcances son ya visibles en miles de comunidades donde se han entregado
paquetes familiares, becas, desayunos escolares, entre otros muchos apoyos.
Para
lograr mejores metas en salud y nutrición, el gobernador Velasco ha sido un
incansable promotor y gestor de recursos para Chiapas que tienen como
destinatario cientos de miles de personas, entre las que destaca la niñez de
los pueblos rurales y los nuevos asentamientos en las principales
ciudades.
Trabajando
es como se construye un mejor destino para Chiapas y a eso convoca diariamente
el gobernador chiapaneco.
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