lunes, 18 de agosto de 2014

TRECE SUR / De Marcos a nuestros días…



 La visión que se tenía de Chiapas en el pretérito era grotescamente surrealista. Se sabía más del estado por el showman Marcos, actualmente comandante Galeano, por la guerrilla zapatista y por los conflictos interétnicos que llenaron de cruces los camposantos que por sus bellezas naturales y la riqueza de su cultura o de su poesía.
         Chiapas no es cualquier tierra. Aquí nacieron grandes hombres como Don Belisario Domínguez, Jaime Sabines, Noquis Cancino, Rodulfo Figueroa y Luis Espinosa que enaltecieron Chiapas no solo en las letras, sino con actos de verdadero heroísmo que seguirán siendo paradigma de las generaciones ulteriores. Zeferindo Nandayapa Ralda hizo vibrar la madera de hormiguillo para exponer al mundo que Chiapas es magia, es folclor y es canción.
Olvido y corrupción significaron por mucho tiempo los ingredientes que alimentaron el morbo de la crítica y dieron carnaza para la denostación.
         Hoy a Chiapas se le valora afuera por ser un estado en franca etapa de desarrollo sin que esto quiera decir que no existen carencias, o que el joven Manuel Velasco Coello tiene una varita mágica para resolver, ipso facto, los problemas de Chiapas que son grandes y ancestrales.
         Álvaro Cueva es un acreditado periodista que forma parte del grupo Milenio. Es respetado por la puntualidad de sus análisis y sus juicios certeros. Hace unos días estuvo en Chiapas y en su columna que escribe precisamente en el diario Milenio detalló un punto de vista que refleja el enfoque que ahora hay de Chiapas en el exterior.
         Esto es un resumen de lo que dijo: Por segundo año consecutivo decidí pasar mis vacaciones de verano en Chiapas y es impresionante lo que está sucediendo ahí. En tan solo 12 meses me encontré con un estado diferente, renovado.
Por todos lados, desde Tuxtla Gutiérrez hasta Tapachula y desde el Cañón del Sumidero hasta las Playas de Catazajá, se respira progreso.
¿No se suponía que Chiapas era uno de los rincones más olvidados de nuestra nación? ¿No se suponía que aquello era un lugar de pobreza, conflicto y rezagos?
Bueno, pues todo eso quedó atrás y se lo tenía que decir, porque las cosas buenas nunca se comentan y porque esto es maravilloso.
Chiapas está mejor que nunca. Más bonito, más avanzado, más tranquilo.
Por eso estoy convencido de que el momento para ir a Chiapas es ahora. Yo, si pudiera, ya me estaría comprando una casita por ahí.

¡Qué gusto, de veras, encontrar un estado donde las cosas sí están funcionando! Y mire que si alguien ha sido crítico con Chiapas he sido yo. ¡Qué gusto, insisto, haber vivido unas vacaciones tan fantásticas! ¡Se las recomiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario