jueves, 31 de octubre de 2013

Maldito control de confianza


• El polígrafo no garantiza nada

• Falla la vigilancia a los vigilantes

 

     Francisco Gómez Maza

     Más que preocuparse de que vaya a vencerse el plazo para que las corporaciones policiacas del país – federales, estatales y municipales - cumplan con los controles de confianza, lo que debería de ser motivo de mal dormir para los encargados de la seguridad pública es la deficiencia de los mecanismos, de evaluación de los candidatos a ocupar un puesto en los cuerpos de seguridad y más del seguimiento de su comportamiento en el servicio.
     Por ejemplo: en la Policía Federal los aspirantes tienen que pasar un examen antes de recibir su nombramiento. Y luego, repetir la prueba cada dos años con la opción, si así lo consideran los mandos, de presentarse a una evaluación antes de los plazos.
     Y con controles y todo, es evidente que criminales logran infiltrarse en las filas de esa corporación modelo de modelos y de cualquier corporación policial. Casos hay muchos. Ahí está en caso de los muchachos del Heaven, desaparecidos y asesinados supuestamente por policías del DF.
El más reciente caso de infiltración criminal es el de los 13 policías federales detenidos en Acapulco, involucrados con una pandilla de secuestradores y asesinos, acusados de secuestro, delitos contra la salud, homicidio y delincuencia organizada.
     Estos indudablemente que o se burlaron de los “sicólogos” que les aplicaron los exámenes sicométricos y toxicológicos, y del “infalible” polígrafo, o los sicólogos y el detector de mentiras no sirven para maldita sea la cosa. El hecho es que, a pesar de los controles de confianza, las empresas policiacas son centros de convivencia de “buenos” con “malos.”
     El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, alertó, durante su comparecencia ante las comisiones de gobernación, justicia y seguridad pública de la Cámara de Diputados, en la tradicional glosa de los informes presidenciales, de la “complicación muy grande” que se avecina porque el próximo 29 de este octubre que corre vence el plazo para que todas las policías del país cumplan con la aplicación de los controles de confianza a sus elementos, y aún está pendiente en más de un 30 por ciento. Puede suceder que municipios enteros se queden sin seguridad. Esto es una gran posibilidad que Osorio Chong tendrá que enfrentar y resolver. Y tiene escasos 19 días para echar a volar su imaginación.
     Seguro que los gobiernos estatales y municipales que no han concluido con los exámenes a sus policías cumplirán al cuarto para las cero horas para amanecer el día 30. Pero el cumplimiento no resuelve mucho. Le aseguro que las mentes criminales continuarán enroladas en las corporaciones, cobrando su salario y gozando de la impunidad que les da una credencial, un uniforme y una arma.
Los federales detenidos en Acapulco con toda seguridad habían pasado los controles de confianza. Osorio Chong se ve muy preocupado. Les dijo a los diputados que lo escucharon y cuestionaron en San Lázaro que, por esa razón, el gobierno federal y el poder legislativo deben replantear los controles de confianza, con mecanismos que permitan, verdaderamente, tener la certeza de que no todo debe estar sujeto a un polígrafo. La experiencia internacional indica que esto no se maneja de esta manera en todos los casos.
     Deben implantarse controles internos, a la par del polígrafo y de las pruebas toxicológicas, para evitar casos como el de los 13 policías federales “Eso es lo que nos va a hacer conocer si un policía se está comportando y vive como su salario y su función se lo permiten.”
La situación no es nada fácil. Osorio Chong reconoció: “Estamos en dos dinámicas muy complejas: una, que deben ser despedidos los policías a los que no se les hayan aplicado los exámenes; la segunda, que aquéllos que hayan reprobado también deben salir de la corporación.
Sea lo que fuere, los ciudadanos merecen la certeza de que los policías los van a proteger, no secuestrar, ni violar, ni asesinar.

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