Húbert Ochoa
SE HACE CAMINO AL ANDAR…
Ya Manuel Velasco Coello nos había dado muestras de su dinamismo para hacer política y de cómo entiende el desempeño de la autoridad. Pero hay dos hechos francamente sobresalientes sin que a los anteriores resten méritos, sino para ejemplificar que nos hallamos frente a un escenario inédito a pesar de los gruñidos de hienas de los inconformes con todo, de esos a quienes nada les gusta: si hay calor que porque hay calor; si hay frío que porque hay frío.
1.- Hablábamos del huracán Bárbara y de sus efectos en Chiapas. Si
bien las travesuras que ocasionó no pasaron del susto y de los daños materiales
en los municipios de Arriaga y Tonalá en la Costa chiapaneca, a diferencia de las secuelas
que dejó en Oaxaca, Bárbara fue un aguijón para demostrar la solidaridad de los
chiapanecos en momentos difíciles. Con un buen líder, nuestro pueblo no se
arruga ante la adversidad.
Siempre es odioso hacer
comparaciones como tampoco resulta del todo prudente hablar del pasado para no
reavivar ofensas que, si bien no se olvidan, el tiempo se encargará de
cicatrizar y la justicia ubicar a cada quien en su lugar.
Para el contexto que
vive Chiapas es permitido atisbar los contrastes entre el ayer y hoy.
Recuerdo a un gobernador
interino de once meses que construyó mil
obras por mes, según decía, porque al final se supo que ese corto período, en
la ebullición del zapatismo, sólo sirvió para engordar las chequeras y las
cuentas bancarias de los funcionarios que cometieron atracos cínicamente, pues la Federación mandó dinero
exageradamente para relajar el conflicto guerrillero.
Diminuto zar que usaba
guayaberas que a veces le llagaban cerca de las rodillas y zapatos grandes que
no parecían de su medida porque a leguas se veía de pies pequeños, tal
gobernador jamás abandonaba su elegante oficina de palacio de gobierno y toda
la operatividad se instruía por teléfono a los mandos medios. Así emergió la
figura de célebres truhanes que muy bien capitalizaron el dicho de a río revuelto,
ganancia de pescadores. Uno de ellos alcanzó la gubernatura y luego tuvo un
triste ocaso en la cárcel.
La indolencia contaminó
la estructura oficial. Chiapas estaba envuelto en el caos. El lío zapatista
catapultó la impunidad y el despojo: invasiones de ranchos, de predios,
crímenes, violencia generalizada. Por el otro lado, el bandidaje en el
gobierno.
Mientras Chiapas se caía
a pedazos, el corto gobernador (de estatura, claro) jugaba ajedrez en el
despacho de palacio de gobierno. Ahí, en la mesa rusa, también le servían trocitos de queso y jamón
de pavo que comía con delicadeza acompañado de cervezas corona de cuartito, de
esas que llaman ampolletitas porque sólo traen 190 mililitros. Igualmente le
daban cacahuates japoneses y departía con una corte de palafreneros que le
aplaudían y rabiaban a carcajadas con sus chistes de mal gusto e insípidos.
-Esto es vida, dijo en
alguna ocasión mientras degustaba un trago de cerveza. Se estiró para ejercitar
los músculos como lo hacen los gatos y dicen que se quedó dormido. En la plaza
cívica, en tanto, miles de campesinos y dueños de tierras invadidas exigían
justicia y en comunidades de San Juan Chamula, Arvenza Uno y Dos, los
pobladores se enfrentaban con resultado mortal.
La juventud de Manuel
Velasco Coello está asociada a su disposición de servir. Lo vimos bajo
torrenciales lluvias y caminar con dificultad con el agua casi a mitad del cuerpo cuando Bárbara caía con
mayor intensidad.
Ha estado al lado de los
damnificados encabezando las labores de asistencia. Instruyó a los alcaldes y
al gabinete en pleno a impulsar los esfuerzos y la vinculación entre los tres
niveles de gobierno para obtener mayores resultados.
Las primeras horas
fueron de ayuda humanitaria entregando canastas básicas y medicinas a los
damnificados; evaluación, supervisión y análisis de estrategias. A estas
alturas ya se trabaja en la reconstrucción cuando la de Stan no concluye al cien por ciento y la tragedia fue en octubre de
2005.
Nada de sobrevolar la
zona afectada en helicóptero sino estar junto a la gente. Escuchar el llanto de
las madres. Compartir las sonrisas inocentes de los niños. Estrechar la mano
firme de los hombres que dan confianza. Imbuir esperanza pero, sobre todo,
trabajar de inmediato para resarcir los daños.
LA FRONTERA SUR
2.- La frontera sur fue por mucho tiempo sólo pasarela para el
lucimiento de las ropas de marca de los políticos. Un espacio perfecto para la
publicidad engañosa que agenció premios patito con cago al erario, por
supuesto.
El enfoque que se da a
la frontera sur en estos momentos va dimensionado a su realidad.
La semana pasada el
secretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong dirigió en Tapachula la Reunión de Seguridad de la Frontera Sur, ante la
presencia de autoridades de distintos estados y del gobierno federal. Se
esperan resultados en muy corto plazo,
como lo anunció Osorio Chong.
Es una frontera problemática para Chiapas, pues la
negligencia de autoridades federales, reconocida por el mismo Osorio Chong, ha
propiciado irregularidades y el auge de tratantes de personas, polleros,
inmigración ilegal que se expresa en prostitución en la franja fronteriza que
alcanza hasta más allá de Tapachula.
Este reunión no debe ser una más, sino el inicio de
una nueva política de vigilancia para garantizar los derechos de quienes
arriban al país. Si se hace por la vía legal, esos derechos estarán a salvo,
aseguró el gobernador Manuel Velasco Coello
QUE TE VAS Y TE VAS…
Aunque en Chiapas el
rumor forma parte de nuestra cultura (nos encanta vivir de él; lo fomentamos y
lo apapachamos), ahora sí parece que va en serio la destitución del secretario
de gobierno Noé Castañón León. Llega, se conjetura, Eduardo Ramírez Aguilar,
diputado federal por el Distrito de Comitán que ganó la curul con más de 70 mil
votos. Es un alfaquí de la política. Brillante. Talentoso.
Don Noé ya está
jadeante. Dio todo lo que tenía que dar en esa responsabilidad. Es, además, de
otro equipo. Su lealtad es a otro. Dicen los chismosos de la política que si
don Noe tuviera dignidad él mismo hace tiempo hubiera presentado su renuncia.
Es sano que camine.
Que no haya sospechas de
que Manuel Velasco Coello ha de gobernar
con un equipo de colaboradores suyo, no con herencias nefastas que en lugar de
seguir incrustados en algunas dependencias deberían estar enfrentando la ley.
Ramírez Aguilar se ajusta perfectamente en esa secretaría que es quid en el entramado de gobierno.
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