viernes, 4 de octubre de 2013

CNTE: Se destapa la cloaca

 

• Los maestros en paro: víctimas del engaño de líderes perversos que no saben ni porqué están en lucha

 

• Hablan de la defensa de sus derechos pero, paradójicamente, ellos pisotean los derechos de la sociedad

 

• Incongruencias, desinformación y absurdos rodean un movimiento que ya rebasa la tolerancia social


        Carlos Urze/Areópago

      En las protestas de los maestros disidentes hay un punto a debatir, y es el análisis cultural del conflicto: ¿por qué no se ha producido una gran movilización nacional en defensa de los derechos del magisterio? ¿Por qué la gran mayoría de los docentes permanecen en las aulas de clases? ¿Por qué tanta ambigüedad en el reclamo (por ambigüedad léase también el uso equivocado de los símbolos plasmados en pancartas, mantas, lonas y consignas)? ¿Por qué las manifestaciones de los maestros son calificadas como agravios a los derechos humanos?
La justicia por la que dicen luchar los disidentes no es ni por asomo por la “calidad” de la educación ni por los niños y jóvenes que hoy permanecen en el letargo, sino un asunto distinto, de moral, de congruencia intelectual y de tiempo, de ética profesional. Ahora, de lo que debe hablarse es de la defensa de aquello sobre lo que se ha insistido tanto y de una manera banal y hasta caprichosa: el Estado de Derecho, ése que no suele respetarse ni llevarse a la práctica habitual, y que en el mejor o peor de los casos ni siquiera es considerado como una mera norma de comportamiento.

En el asunto magisterial deben señalarse, en el acopio de los hechos y acontecimientos, los testimonios de los maestros y de los autoproclamados mesías de la cultura mexicana (el término educación ya se les hace poca cosa), esos que no se les ve por ningún lado, pero que aparecen cuantas veces sea necesario para la foto y para avivar los rencores.
Y para eso acudo al cerco informativo, muy válido para el caso, para conocer lo que realmente piensan y saben los trabajadores de la educación acerca de las causas de “La lucha”. A continuación, algunas escenas reales:
- Un maestro del Bloque Democrático de la sección 7 da muestras de la falta de capacidad para asimilar la situación, y al ser cuestionado por tomar-secuestrar la caseta de peaje de San Cristóbal de las Casas (el recaudo diario es de más de 100 mil pesos) retoma la máxima de “O Copelas o cuello” (el autoengaño también reside en “vislumbrar el triunfo a través del delito” o La justicia por propia mano):
“Toda esa política de represión no va a prosperar porque tenemos muy clara nuestra idea; podrán cuestionar el camino pero nunca las causas que han dado origen a la lucha de los trabajadores de la educación”.
- La súplica confusa de una maestra de educación primaria que pide apoyo a los padres de familia del primer grado grupo “A” de la escuela “Educación Popular”, en Tuxtla Gutiérrez:
“Señores padres de familia, con el debido respeto que me merecen, permítanme informarles que nos vamos a paro indefinido apoyando a la CNTE. ¿Es que acaso dejaremos que nuestros derechos magisteriales sean pisoteados por el gobierno? De ninguna manera. Y si no logramos frenar la incongruente reforma educativa, renunciaremos a nuestras plazas. Al fin y al cabo, yo puedo ganar más y vivir mejor vendiendo pan, galletas y pastelitos en el mercado”.
- Un reportero le pregunta a un grupo de docentes situados en la plaza central de la capital del estado de Chiapas, que protestan enardecidos por el caso omiso del gobierno a las exigencias de los maestros:
Reportero: ¿Cuáles son sus exigencias?
Docente 1: Las exigencias… este… las exigencias… De norte a sur/de este a oeste/ganaremos esta lucha/cueste lo que cueste.
Reportero: A ver, usted, sí el de la pancarta que dice “Estamos en contra de la Privatizasión de la Educasión”. ¿Cuáles son las exigencias?
Docente 2: Las exigencias son… el reclamo por la falta de… sí, por la abrogación de los artículos 15 y 35 de la constitución.
Reportero: ¿Qué acaso no son los artículos 3 y 73 constitucionales?
Docente 3: Está claro, compañeros, que aquí con el señor no se puede llegar a un consenso. Procedamos a retirarnos. “El magisterio/marchando/también está enseñando”.
- La llamada telefónica de Adelfo Alejandro Gómez, principal promotor de las arbitrariedades del Bloque Democrático, con el dirigente de la Sección 22 de Oaxaca Rubén Núñez Ginez, comunicación que esclarecen los objetivos del liderazgo chiapaneco: la inmolación a como dé lugar y la impunidad de las acciones, que por desgracia deviene en burlas a la sociedad:
- “Ahora sí vamos a partirles la madre, camarada”.

EL ESCÁNDALO
¡Qué cosa tan triste! Oír semejantes barbaridades en los momentos de crispación nada más aporta a la confusión e invita a leer entre líneas la ira contenida en el deseo, ese que tan acertadamente describió Amado Nervo: “El deseo es un vaso de infinita amargura, un pulpo de tentáculos insaciables, que al par que se cortan, renacen para nuestra tortura. El deseo es el padre del esplín, de la hartura, ¡y hay en él más perfidias que en las olas del mar!
El escándalo magisterial tiene nombre: Desinformación. Y esos métodos no son admisibles en circunstancia alguna. Menos aun cuando se pasa al Estado de Derecho por inadvertido. Los maestros son acarreados, presos de su propia ignorancia y de los líderes perversos. Y tanta es la ceguera, que todavía no se han dado cuenta que hasta Pablo Salazar tiene intereses en juego.
Y una reflexión más de las muchas que brotan en lo que se ha convertido este affaire: ¿Cómo hablar de derechos cuando los derechos de las mayorías son pisoteados?
Así no funciona una democracia. La democracia que aquí vemos está coja, manca: los maestros la defienden a conveniencia, a ultranza por sus propios intereses, pero se olvidan que la gente también tiene derechos humanos y constitucionales que ellos atropellan con singular violencia.

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