viernes, 21 de febrero de 2014

Porqué la guerra a los giros negros


•  Por convenir a los intereses económicos de autoridades del pasado, Tuxtla se convirtió en la nueva Sodoma y Gomorra por tanto vicio y prostitución


•  Se autorizaron en el gobierno de Yassir Vázquez al menos 14 bares y cantinas por cada una de las colonias de Tuxtla Gutiérrez sin anotar el clandestinaje (alrededor de 3 mil). Hay 600 colonias en la ciudad. Es decir, una cantina por cada 79 habitantes…


• La LXV Legislatura local aprobó reformas a la Constitución de Chiapas que facultan a los ayuntamientos municipales a no otorgar permisos de cambio de uso de suelo para giros negros, tales como table dance, bares y cantinas…


 
                    Húbert Ochoa/Areópago.

               Ciertamente no hay un estudio específico sobre el origen  de  los table dance (baile de mesa). Aunque hay quienes dicen que proviene del siglo XIX, en México apareció con fulgor y esnobismo en la década de los cincuenta cuando emerge la Zona Rosa. En Tuxtla a partir  de los 80  nacen centros nocturnos en los que el desnudismo y el baile erótico de las mujeres se combinan con la venta de alcohol en una clientela embriagada por el éxtasis.
               Famosos fueron El Bety, El King Kong, Martha Estrada, El Kumbala, el Súper 8. Frecuentados incluso por políticos y hombres adinerados, de la clase alta que llegaron a deleitarse en una fiesta de cuerpos esculturales, esos lugares estaban sujetos a una estricta vigilancia de la autoridad y una regla básica era su ubicación: todos se hallaban fuera de la ciudad.
               Quizá El Bety, que se localizaba en una mansión lujosa rumbo a Chiapa de Corzo sólo pasando el puente, sobresale en la lista porque de allí se confeccionaron historias tremebundas  por su espectacular notoriedad en la época y por la peculiaridad de su regenteador o chulo como se les conoce en España. 
Era El Bety un personaje sui generis no por su homosexualidad, sino porque sabía regodearse con políticos del primer círculo del poder de entonces y con los más connotados e influyentes periodistas locales.  Cuentan que tuvo un final trágico ya que, en un arranque de celos y locura, mató a su pareja sentimental de un tiro en la sien y luego se suicidó, todo en una glorieta del parque Niño de Atocha, en el lado norte poniente de la capital.
               El Gitano también brotó a la sazón y todavía persiste en la zona galáctica. Su fama no sólo va en torno de la efigie de mujeres que adornan sus espectáculos y dan servicio a los hombres, sino también por su elegancia. Y lo caro.  Su clientela igualmente es distinguida porque no está conformada por parroquianos cualquiera, sino por señores ricos. A un burócrata le resultaría inextricable ir porque debería pensar bien sus prioridades en tiempos de austeridad: o come o va y deja su quincena en una botella de trago del más barato y ya no digamos con la compañía de las chicas despampanantes.
               Al paso de los años la corrupción contaminó el escenario en Chiapas y arrastró con todo. Así, autoridades abusivas observaron que el giro negro se trataba de una fuente rica de ingresos sin prestar atención, por su avaricia desde luego, que su proliferación representaría un grave problema de salud pública en el que los jóvenes se convierten en la principal carnada.
               Sin  control de ninguna clase brotaron por doquier cantinas convirtiendo a Tuxtla en un paraíso etílico y de prostitución. La herencia del gobierno municipal de Yassir Vázquez Hernández y luego tolerada con Felipe Granda Pastrana, el vendedor de pantimedias metido a político, fue alarmante: al menos 14 bares y cantinas por cada una de las colonias de Tuxtla Gutiérrez sin anotar el clandestinaje (alrededor de 3 mil).  Hay 600 colonias en la ciudad.  Es decir, una cantina por cada 79 habitantes.
               Sólo a la altura del parque de La Marimba, conocido por su tradición familiar, el ayuntamiento del perverso Yassir autorizó 50 cantinas y bares en los que el lenocinio era emblemático.
               El comercio sexual y la venta incontrolada de bebidas embriagantes  significaron otro botín en el sexenio pasado. Fuentes allegadas a Sólo para enterados confiaron que, como ocurrió con la obra que Viva el Centro, las ganancias  millonarias  de  la prostitución eran distribuidas entre un petit comité operado por el subsecretario de gobierno Nemesio Ponce Sánchez, el tipo con un poder casi celestial en esos seis años y tan excéntrico como el loco Calìgula.
               El de los casinos fue otro negocio redondo. ¿Cómo permitir y luego amparar el funcionamiento de clubes de apuestas en un estado cuya población es flageada por el hambre con un salario mínimo marginal que otrora  no llegaba ni a los 60 pesos diarios? Sencillamente porque los casinos eran auténticos desplumaderos que no estaban dirigidos para los obreros. Representaron, eso sí, otra arista del festín de corrupción y rapiña que se dio en la época.
               Suena inverosímil pero es cierto: Tuxtla en el sexenio anterior parecía Sodoma y Gomorra, las dos ciudades que relata la Biblia fueron destruidas con una lluvia de fuego y azufre por tanto pecado.

GIROS NEGROS
            En su sesión del jueves 6 de febrero de 2014, La LXV Legislatura local aprobó reformas a la Constitución de Chiapas que facultan a los ayuntamientos municipales a no otorgar permisos de cambio de uso de suelo para giros negros, tales como table dance, bares y cantinas.
Con esta reforma se pretende reducir la proliferación de establecimientos donde se presentan espectáculos "que atentan contra la moral, las buenas costumbres, fomenten la trata de personas o atenten contra la dignidad humana". El dictamen aprobado por unanimidad por los diputados señala que en su plan de desarrollo los ayuntamientos "deberán establecer" la prohibición de cambio de uso de suelo para la autorización de los llamados antros.
El documento enfatiza que en una sociedad civilizada, este tipo de espectáculos no deben existir ni permitirse, porque son actos en los que se comercializa con la dignidad humana "de aquellas mujeres, niñas y personas en condiciones de vulnerabilidad que pueden ser objeto de explotación sexual, laboral y comercial por cualquier medio", detalla.
Esto, "porque el funcionamiento -de tales establecimientos- repercute en la seguridad y la salud pública, e implica un mayor riesgo de que se ejecuten delitos, como el lavado de dinero proveniente principalmente del narcotráfico, secuestros, el narcomenudeo, la trata de personas y la violencia intrafamiliar, entre otros ilícitos", puntualizaron.
La determinación del Congreso del Estado se dio luego de que en la segunda quincena de enero, el gobierno de Chiapas solicitó al Congreso local el cese de licencias de uso de suelo para los denominados “giros negros”, con la finalidad de combatir la delincuencia y la explotación sexual en la entidad. La iniciativa enviada por el gobernador Manuel Velasco Coello busca reformar la Constitución Política del Estado de Chiapas, la Ley Orgánica Municipal, la Ley de Desarrollo Urbano y la Ley de Salud estatal.
La medida combatirá actividades delictivas en centros nocturnos, botaneros, bares, discotecas, cabarets, cantinas y en los que se realicen actos con personas desnudas o semidesnudas.
Cabe mencionar que en los últimos días agentes de los tres órdenes de gobierno —entre ellos miembros del Ejército Mexicano y la Marina Armada de México— han cerrado un total de 116 “giros negros” y detenido a 20 personas por diversos delitos, entre ellos la trata de personas.

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