- Inicia una agresiva campaña para promocionarse con miras al despacho principal de la Colina Universitaria, más allá de sus negros antecedentes
- Muy amigo de Sabines y de Nemesio Ponce Sánchez, con quienes se llevaba de pellizcos y guiños de ojo, Harvey Gutiérrez Álvarez es un sujeto enredado en tempestades
Húbert Ochoa/Areópago.
Es un hunter que busca todo
aunque sus conocimientos académicos son limitados y paradójicamente es
dueño de una escuela universitaria. En casa de herrero, cuchillo de
palo, se diría. En la política no ha destacado por capacidad, carisma o
inteligencia sino por su dinero: es poseedor, se apunta, de una
monstruosa riqueza que ha acumulado entre cortinas de humo y en la que
presuntamente sobresalen jets privados y hoteles cinco estrellas en
Cancún.
Así, con esa fortuna compró
la diputación local. Luego la federal y ahora afirma que pronto hará
realidad otro de sus caprichitos: comprar la
rectoría de la Universidad Autónoma de Chiapas que debe renovar su
cuadro rectoral este fin de año luego de un período exitoso con el
Maestro Jaime Valls Esponda.
El primer grado de locura
consiste en creerse uno sabio; el segundo, en proclamarlo; el tercero,
en desdeñar el consejo, decía Benjamín Franklin. Eso parece ocurrirle a
Harvey Gutiérrez Álvarez que, ya en las fronteras de la demencia, cree
que la rectoría de la UNACH, Alma Máter de los chiapanecos, es un
objeto, una baratija que puede adquirir en unos cuantos millones de
pesos, de ahí que su mirada torva está dirigía ahora a la colina
universitaria.
Del 3 al 23 de noviembre de
2014, la Junta de Gobierno de la Universidad Autónoma de Chiapas
empezará a recibir propuestas de los nombres que pueden suceder al
Maestro Valls Esponda. Luego de ello, la misma Junta tiene tres días
para dar un veredicto e informarlo a toda la comunidad universitaria y a
las autoridades gubernamentales. El nuevo rector debe estar tomando
posesión en los primeros días de diciembre. A ojo de buen cubero parece
una tarea sencilla, pero no la es por los múltiples intereses políticos
que existen en el fondo.
Sujeto enredado en
tempestades y rico aldeano, sin urbanidad, Harvey Gutiérrez Álvarez ha
emprendido una agresiva campaña en busca de esa codiciada posición. Lo
mismo ha pagado una portada en la revista Rostros
filial del periódico Síntesis propiedad del empresario poblano Armando
Prida Huerta, que cabildea y construye puentes en la Ciudad de México.
En Tuxtla cuantas veces puede alardea una hipotética amistad y cercanía
con los hombres del primer círculo del poder.
Conocido también con el mote de guicho Domínguez
por su forma extravagante de vestir y su chocante gusto por las joyas
(exhibe enormes cadenas de oro en el cuello y vistosos anillos en los
dedos), Harvey Gutiérrez logró amasar un cuantioso peculio en corto
tiempo siendo su botín la Universidad Valle del Grijalva, una escuela
cuyas carreras presumiblemente están en la opacidad. La UVG era una
escuelita mediocre que abrió sus puertas en la colonia Juárez, en donde
vivía el hoy millonario, para convertirse en un abrir y cerrar de ojos
en una portentosa Universidad que tiene edificio en la zona dorada de la
capital y sus Campus los ha extendido a otras partes del estado, al
Sureste e incluso a Centroamérica. ¿De dónde mulas, Pedro?
A la cima política llegó
precisamente en el gobierno de Juan Sabines Guerrero. Harvey entabló una
gran amistad con el entonces gobernador y con los alfiles de éste,
principalmente con Nemesio Ponce Sánchez, el patibulario subsecretario
de gobierno que operó el saqueo de los 40 mil millones de pesos al
erario chiapaneco. Harvey tenía picaporte, como ningún otro político ni
empresario, para entrar y salir del despacho del gobernador a la hora
que se le diera su regalada gana, así como de patear el escritorio de
los funcionarios menores. Con Nemesio Ponce Sánchez y con Sabines se
llevaba de pellizcos, arrumacos y guiños de ojos.
Sabines lo hizo diputado a
la LXIV Legislatura local. Llegar a una sesión camaral era para el
diputado Harvey como un picnic, pues sus inasistencias eran notablemente
marcadas. Es también responsable de la crisis económica que agobia a
Chiapas, ya que como diputado, Harvey Gutiérrez en su momento aprobó el
endeudamiento de la entidad y estuvo de acuerdo con los actos oscuros
que se cometieron en esa administración y que invariablemente fueron
orquestados desde la oficina del truculento Ponce Sánchez.
Con Sabines no sólo hubo una ancha amistad. Se cree que también trabaron alianzas mercantiles con el hotel Hilton,
pues hay barruntos de que el verdadero dueño es el ex gobernador,
residente de Acapulco, y Harvey Gutiérrez es sólo su prestanombres. No
sería raro sabiendo que el mundo de la política y de los negocios se
desenvuelve así.
LA RECTORIA
El cariño que le guarda el ex gobernador
quedó demostrado al meterlo con calzador a la diputación federal por el
Distrito IV con cabecera en Ocozocoautla. Sabines desoyó el repudio
hacia Harvey Gutiérrez por sus negros antecedentes públicos en la zona
de Mezcalapa, que comprende este Distrito. Hay denuncias de que Harvey
Gutiérrez se ha encargado (hasta la fecha) de dar protección política a
Jesús Carpio Mayorga, un pájaro de cuentas señalado en la averiguación
previa 29/NO96/ 2010 acusado de timar a los campesinos de la región a
través de la Organización Campesina de Pueblos Mayas.
No una sino muchas veces líderes
sociales de la comarca se entrevistaron con Sabines para manifestarle su
antipatía hacia Gutiérrez Álvarez y pedir el encarcelamiento de Carpio
Mayorga. Sabines hizo mutis. No sólo no mandó a prisión al estafador
Carpio Mayorga, sino que ordenó a Nemesio Ponce fraguar la imposición
como diputado de Harvey Gutiérrez por ese Distrito.
El 4 de abril de 2012 Harvey Gutiérrez
conoció la furia de la gente de Mezcalapa. Intentó efectuar un acto de
campaña en el auditorio municipal de Tecpatán, pero tuvo que huir cuando
la muchedumbre, indignada por sus antecedentes y sus nexos con el
truhan Carpio Mayorga, trató de lincharlo tras lanzarle ensordecedoras
mentadas de madre. Ya no volvió.
En meses recientes tuvo otra probadita
de odio. Harvey Gutiérrez maquinó para ser presidente de la asociación
ganadera local del ejido Luis Espinosa, municipio de Tecpatán. Consiguió
dos votos de un padrón de más de 400 socios, a pesar de que desde
semanas atrás en el rancho Dos Estrellas, ubicado también en Tecpatán y
de su propiedad, estuvo haciendo amarres con ese propósito.
Harvey Gutiérrez es actualmente
dirigente del Instituto de Administración Pública de Estado de Chiapas,
el tenebroso IAP. En su calidad de diputado federal del Distrito IV
percibe una dieta mensual de 75 mil 457 pesos, más 45 mil 789 por
asistencia legislativa y 28 mil 772 pesos por asistencia ciudadana.
También se le otorgan 2 mil 780 pesos al mes en vales de despensa, un
cupón de alimentos de 170 pesos por cada sesión a la que asiste. Tiene
seguro colectivo de vida; seguro de gastos médicos mayores, gastos
funerarios y apoyo para transporte. Todo sale de los impuestos de los
mexicanos.
Su curul es la K- 483 en la Cámara de
Diputados, pero siempre está vacía, fría, melancólica y triste, ya que
Harvey Gutiérrez cobra con puntualidad inglesa los 150 mil 15 pesos que
usted y yo le pagamos al mes pero no llega a las sesiones.
Entre los requisitos para ser rector de
la UNACH, la Ley Orgánica de la misma establece: Ser Mexicano por
nacimiento y residir en el estado. Ser mayor de 30 años y menor de 60.
Poseer título universitario a nivel de Licenciatura, con experiencia
académica; y ser persona honorable de reconocido prestigio profesional,
y no haber sido sancionado por faltas graves contra la disciplina
universitaria o haber sido sentenciado por delito intencional.
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