miércoles, 3 de septiembre de 2014

Harvey quiere comprar la rectoría de la UNACH


  • Inicia una agresiva campaña para promocionarse con miras al despacho principal de la Colina Universitaria, más allá de sus negros antecedentes

  • Muy amigo de Sabines y de Nemesio Ponce Sánchez, con quienes se llevaba de pellizcos y guiños de ojo, Harvey Gutiérrez Álvarez es un sujeto enredado en tempestades
Húbert Ochoa/Areópago.
            Es un hunter que busca todo aunque sus conocimientos académicos son limitados y paradójicamente es dueño de una escuela universitaria. En casa de herrero, cuchillo de palo, se diría. En la política no ha destacado por capacidad, carisma o inteligencia sino por su dinero: es poseedor, se apunta, de una monstruosa riqueza que ha acumulado entre cortinas de humo y en la que presuntamente sobresalen jets privados y hoteles cinco estrellas en Cancún.
            Así, con esa fortuna compró la diputación local. Luego la federal y ahora afirma que pronto hará realidad otro de sus caprichitos: comprar la rectoría de la Universidad Autónoma de Chiapas que debe renovar su cuadro rectoral este fin de año luego de un período exitoso con el Maestro Jaime Valls Esponda.
            El primer grado de locura consiste en creerse uno sabio; el segundo, en proclamarlo; el tercero, en desdeñar el consejo, decía Benjamín Franklin. Eso parece ocurrirle a Harvey Gutiérrez Álvarez que, ya en las fronteras de la demencia, cree que la rectoría de la UNACH, Alma Máter de los chiapanecos, es un objeto, una baratija que puede adquirir en unos cuantos millones de pesos, de ahí que su mirada torva está dirigía ahora a la colina universitaria.
            Del 3 al 23 de noviembre de 2014, la Junta de Gobierno de la Universidad Autónoma de Chiapas empezará a recibir propuestas de los nombres que pueden suceder al Maestro Valls Esponda. Luego de ello, la misma Junta tiene tres días para dar un veredicto e informarlo a toda la comunidad universitaria y a las autoridades gubernamentales. El nuevo rector debe estar tomando posesión en los primeros días de diciembre. A ojo de buen cubero parece una tarea sencilla, pero no la es por los múltiples intereses políticos que existen en el fondo.
            Sujeto enredado en tempestades y rico aldeano, sin urbanidad, Harvey Gutiérrez Álvarez ha emprendido una agresiva campaña en busca de esa codiciada posición. Lo mismo ha pagado una portada en la revista Rostros filial del periódico Síntesis propiedad del empresario poblano Armando Prida Huerta, que cabildea y construye puentes en la Ciudad de México. En Tuxtla cuantas veces puede alardea una hipotética amistad y cercanía con los hombres del primer círculo del poder.
            Conocido también con el mote de guicho Domínguez por su forma extravagante de vestir y su chocante gusto por las joyas (exhibe enormes cadenas de oro en el cuello y vistosos anillos en los dedos), Harvey Gutiérrez logró amasar un cuantioso peculio en corto tiempo siendo su botín la Universidad Valle del Grijalva, una escuela cuyas carreras presumiblemente están en la opacidad. La UVG era una escuelita mediocre que abrió sus puertas en la colonia Juárez, en donde vivía el hoy millonario, para convertirse en un abrir y cerrar de ojos en una portentosa Universidad que tiene edificio en la zona dorada de la capital y sus Campus los ha extendido a otras partes del estado, al Sureste e incluso a Centroamérica. ¿De dónde mulas, Pedro?
            A la cima política llegó precisamente en el gobierno de Juan Sabines Guerrero. Harvey entabló una gran amistad con el entonces gobernador y con los alfiles de éste, principalmente con Nemesio Ponce Sánchez, el patibulario subsecretario de gobierno que operó el saqueo de los 40 mil millones de pesos al erario chiapaneco. Harvey tenía picaporte, como ningún otro político ni empresario, para entrar y salir del despacho del gobernador a la hora que se le diera su regalada gana, así como de patear el escritorio de los funcionarios menores. Con Nemesio Ponce Sánchez y con Sabines se llevaba de pellizcos, arrumacos y guiños de ojos.
            Sabines lo hizo diputado a la LXIV Legislatura local. Llegar a una sesión camaral era para el diputado Harvey como un picnic, pues sus inasistencias eran notablemente marcadas. Es también responsable de la crisis económica que agobia a Chiapas, ya que como diputado, Harvey Gutiérrez en su momento aprobó el endeudamiento de la entidad y estuvo de acuerdo con los actos oscuros que se cometieron en esa administración y que invariablemente fueron orquestados desde la oficina del truculento Ponce Sánchez.
            Con Sabines no sólo hubo una ancha amistad. Se cree que también trabaron alianzas mercantiles con el hotel Hilton, pues hay barruntos de que el verdadero dueño es el ex gobernador, residente de Acapulco, y Harvey Gutiérrez es sólo su prestanombres. No sería raro sabiendo que el mundo de la política y de los negocios se desenvuelve así.
LA RECTORIA
El cariño que le guarda el ex gobernador quedó demostrado al meterlo con calzador a la diputación federal por el Distrito IV con cabecera en Ocozocoautla. Sabines desoyó el repudio hacia Harvey Gutiérrez por sus negros antecedentes públicos en la zona de Mezcalapa, que comprende este Distrito. Hay denuncias de que Harvey Gutiérrez se ha encargado (hasta la fecha) de dar protección política a Jesús Carpio Mayorga, un pájaro de cuentas señalado en la averiguación previa 29/NO96/ 2010 acusado de timar a los campesinos de la región a través de la Organización Campesina de Pueblos Mayas.
No una sino muchas veces líderes sociales de la comarca se entrevistaron con Sabines para manifestarle su antipatía hacia Gutiérrez Álvarez y pedir el encarcelamiento de Carpio Mayorga. Sabines hizo mutis. No sólo no mandó a prisión al estafador Carpio Mayorga, sino que ordenó a Nemesio Ponce fraguar la imposición como diputado de Harvey Gutiérrez por ese Distrito.
El 4 de abril de 2012 Harvey Gutiérrez conoció la furia de la gente de Mezcalapa. Intentó efectuar un acto de campaña en el auditorio municipal de Tecpatán, pero tuvo que huir cuando la muchedumbre, indignada por sus antecedentes y sus nexos con el truhan Carpio Mayorga, trató de lincharlo tras lanzarle ensordecedoras mentadas de madre. Ya no volvió.
En meses recientes tuvo otra probadita de odio. Harvey Gutiérrez maquinó para ser presidente de la asociación ganadera local del ejido Luis Espinosa, municipio de Tecpatán. Consiguió dos votos de un padrón de más de 400 socios, a pesar de que desde semanas atrás en el rancho Dos Estrellas, ubicado también en Tecpatán y de su propiedad, estuvo haciendo amarres con ese propósito.
Harvey Gutiérrez es actualmente dirigente del Instituto de Administración Pública de Estado de Chiapas, el tenebroso IAP. En su calidad de diputado federal del Distrito IV percibe una dieta mensual de 75 mil 457 pesos, más 45 mil 789 por asistencia legislativa y 28 mil 772 pesos por asistencia ciudadana. También se le otorgan 2 mil 780 pesos al mes en vales de despensa, un cupón de alimentos de 170 pesos por cada sesión a la que asiste. Tiene seguro colectivo de vida; seguro de gastos médicos mayores, gastos funerarios y apoyo para transporte. Todo sale de los impuestos de los mexicanos.
Su curul es la K- 483 en la Cámara de Diputados, pero siempre está vacía, fría, melancólica y triste, ya que Harvey Gutiérrez cobra con puntualidad inglesa los 150 mil 15 pesos que usted y yo le pagamos al mes pero no llega a las sesiones.
Entre los requisitos para ser rector de la UNACH, la Ley Orgánica de la misma establece: Ser Mexicano por nacimiento y residir en el estado. Ser mayor de 30 años y menor de 60. Poseer título universitario a nivel de Licenciatura, con experiencia académica; y ser persona honorable de reconocido prestigio profesional, y no haber sido sancionado por faltas graves contra la disciplina universitaria o haber sido sentenciado por delito intencional.

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