martes, 19 de noviembre de 2013

Los 50 mil dólares que el alcalde Guirao Aguilar pagó al boxeador Márquez


 • Pocos se percataron que el pugilista exhibió en el calzoncillo la leyenda Chiapas Verde, para lo cual cobró estratosférica suma


• Es Chilón uno de los municipios más pobres de México, en donde también se vive un clima de terror y de violencia


•  El alcalde Guirao se burla de la austeridad; es un bon vivan con dinero que no es suyo Antes sacabolos del antro Las Velas de San Cristóbal, Guirao ahora es un consumado aristócrata


       Húbert Ochoa/Areópago.

     Al vacío de autoridad que vive el municipio de Chilón se ha sumado el clima de terror por la disputa de tierras con su colofón de asesinatos, desalojos, persecución, desplazamientos forzosos y miedo, mucho miedo. El alcalde Rafael Guirao Aguilar, a su vez, anda en abierta campaña proselitista en una clara violación de las leyes electorales y con el presupuesto destinado para obras de beneficio colectivo.
      Ligado a Nemesio Ponce Sánchez, el protervo subsecretario de gobierno que en los seis años de Juan Sabines Guerrero hizo y deshizo con las finanzas de Chiapas almacenando una fortuna descomunal, hoy en la mira de la Procuraduría General de la República por su coparticipación en un desfalco de 40 mil millones de pesos, Rafael Guirao Aguilar padece una obsesión enfermiza por la celebridad. Su idea es vender la imagen del hombre bonachón, misericordioso y bien buena onda.
Este sujeto, a cuya sombra permanece arcano Nemesio Ponce Sánchez, no ha tenido empacho en usar los recursos públicos para difundir en la prensa y en la televisión nacional su moreno y ovalado rostro mientras que en Chilón, uno de los municipios más pobres del país, las carencias son múltiples y hay elevados niveles de morbilidad por enfermedades curables como la diarrea.
   Según él bendecido y señalado por los dioses mayas para ser gobernador de Chapas porque simboliza el mesías que todos esperábamos, Guirao se enredó en otro bochornoso affaire cuando medios nacionales difundieron una noticia que desató una riada de protestas de los chiapanecos, exigiendo al Órgano de Fiscalización del Congreso del Estado pesquisas con lupa a fin de detener la desmesura del bribón y lunático alcalde.
     La noche del 12 de octubre de 2013 los mexicanos estaban concentrados en la pelea de Juan Manuel Márquez y el estadunidense Timohy Bradley. Por la emoción nadie se percató que el calzoncillo de Márquez tenía tatuada la leyenda “Chiapas Verde”, fundación que precisamente ha sido el pivote con el que el alcalde Guirao recorre Chiapas en sus pretensiones de ser primero senador y luego gobernador del estado por encomienda de los dioses.
       No es una cuestión baladí. Guirao otorgó al menos 50 mil dólares al boxeador Márquez para portar el logotipo de la Fundación que es patrimonio del alcalde. Es un caso alarmante porque, paradójicamente, en su sitio oficial la Fundación Chiapas Verde promociona ser una organización altruista y sin fines de lucro y porque el 95.3 por ciento de los chilonenses vive en pobreza extrema; es decir, 118 mil 180 personas.
        Chilón es un municipio de raíces tzeltales conformado por 490 localidades, todas asfixiadas por la pobreza. Es asimismo una zona contaminada de violencia por las escisiones religiosas y políticas y por la ausencia del gobierno local. Son escalofriantes los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) cuando se refieren al municipio, ya que la gran mayoría de la población no tiene acceso a los principales servicios, pero el alcalde Guirao prefiere pagar 50 mil dólares al boxeador Márquez que ya en una ocasión fue multado por el Instituto Federal Electoral al exhibir en sus ropas las siglas del PRI en la víspera de las elecciones de Michoacán.
        Recientemente la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) efectuó un estudio micro regional dando cuenta que en Chilón hay cerca de 50 mil personas sin acceso continuo a la alimentación (40.15 por ciento); en rezago educativo están 52 mil 785; (42.56 por ciento); no tienen opción a los servicios de salud otras 39 mil 804, el 32.10 por ciento; en tanto que sin acceso a los servicios primarios en la viviendas hay 113 mil 574 personas (91.58%) y sin acceso a la alimentación otras 56 mil 184.
      Una medida emergente del gobierno de Manuel Velasco Coello en sus inicios fue poner en marcha el plan de austeridad para enfrentar la grave crisis financiera heredada por el gobierno anterior que dejó vacías las arcas estatales. Entre las disposiciones destacan la reducción de los sueldos hasta en un 50 por ciento empezando por el del gobernador y siguiendo con funcionarios de primer nivel, alcaldes y diputados, así como evitar el dispendio, fomentar el ahorro y hacer más con menos, hecho que la sociedad celebró porque así se impidió la ingobernabilidad y la parálisis económica del estado.
        Pero para el alcalde Guirao la austeridad es un asunto de broma. Le da risa. Él tiene un sueldo de 80 mil pesos mensuales muy por arriba de las normas establecidas. En los primeros días de octubre de este año rindió su primer informe de gobierno municipal que no sólo se distinguió porque estuvo repleto de hipocresía, mentiras y falsas promesas, sino porque en un marcado contraste a la pobreza de la gente, Guirao lució lujoso traje azul de marca europea y finas y caras mancuernillas.
       El Rafael Guirao Aguilar de hace tiempo no es el mismo de ahora. Antes un nefasto y bravucón sacabolos (en España les llaman gorilas) del antro Las Velas de San Cristóbal en donde también fue cadenero, actualmente Guirao es un tipo aristócrata que degusta la buena comida en restaurantes exclusivos de la capital y los vinos más selectos; usa ropas costosas y también sabe organizar estruendosas comilonas.
        Es un bon vivant con dinero que no es suyo.
En participaciones estatales y federales, incluyendo las extraordinarias, Chilón recibe un promedio de 700 millones de pesos al año, pero en el DIF municipal no hay medicamentos (ni siquiera un mejoral o curitas). En el vasto número de poblados el agua entubada, las aulas educativas, la electrificación o los centros de salud son reclamos permanentes de un pueblo hasta el hartazgo de los abusos del lépero alcalde.
       ¿De dónde sacó Guirao Aguilar los 50 mil dólares que pagó al polémico boxeador Juan Manuel Márquez? es la pegunta que retumba no sólo en Chilón, sino a nivel nacional por las connotaciones que ha alcanzado el escándalo. Guirao se niega a dar explicaciones y el Órgano de Fiscalización guarda silencio sepulcral.

LA VIOLENCIA
       El 21 y 22 de abril de 2013 al menos diez organizaciones civiles defensoras de derechos humanos llegaron a Chilón para constatar la atmósfera de violencia, tensión y pánico que priva en las comunidades del municipio ante sucesos vandálicos, crímenes y amenazas entre grupos antagónicos.
En las últimas semanas la zozobra se ha acentuado porque el municipio no tiene autoridad municipal ya que el acalde Guirao Aguilar camina el estado en una evidente cruzada electoral porque, lo ha dicho sin recato, su objetivo es llegar a la gubernatura porque los dioses lo han señalado.
        Chilón es una zona proclive a la violencia. En ella coexisten zapatistas, grupos priístas, católicos y evangélicos. El ejido San Marcos Avilés es un botón de muestra. La Red por la Paz se adentró allí y sus integrantes fueron amenazados de muerte. San Sebastián Bachajón es otro punto neurálgico. El miércoles 24 de abril de 2013 cerca de las once de la noche fue asesinado de cinco tiros Juan Vázquez Guzmán a las puertas de su casa. Su crimen encendió a toda la zona porque Vázquez estaba identificado como un activista social ligado al zapatismo. Sus verdugos huyeron en una camioneta roja perdiéndose en la clandestinidad que ampara la oscuridad.

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