jueves, 18 de julio de 2013

Romeo y Citlali: una pasión que terminó en el asesinato de ella…

 

  • Le juró amor eterno pero no le cumplió: la estranguló con sus propias manos sin piedad alguna

  • Cifras de feminicidios en Chiapas son vagas, pero los casos conmocionan a la sociedad

  • Empiezan a politizar el tema; la diputada Soriano, del PRD, la primera en llevar agua a su molina con la tragedia


             Húbert Ochoa/Areópago.

            A mediados de noviembre de 2012 Citlali conoció a Romeo en una fiesta. Ella fue cautivada por los ojos negros de él, por su trato amable y porque, decía en sus adentros, por fin el verdadero amor estaba tocando las puertas de su corazón. El clic se dio inmediato y espontáneo. Ignoraba por supuesto que detrás de esa dulce personalidad y del rostro cautivador se hallaba un asesino en potencia. 
            Iniciaron un flirt ardiente. Citlali andaba francamente emocionada. Con sus amigas compartía sus ilusiones. Se veía en un altar vestida de blanco y, les decía, tirando el ramo para que nadie de las que la querían se quedara para vestir santos. Odiaba a las solteronas, pues. 
           La relación era casi perfecta. ¿Estaré cumpliendo mi sueño de hadas? se preguntaba Citlali. Romeo iba por ella al trabajo. Tenía muchas atenciones. Le regalaba ramos de rosas y chocolates; la llevaba al cine; cenaban y salían a bailar juntos. Iban a comer garnachas y a las fiestas del parachico de Chiapa de Corzo.  Hasta entonces era un tipo normal. Citlali era la envidia de sus conocidas y cuchicheaban a sus espaldas   porque toda joven desea si no conquistar a su príncipe azul, sí a un hombre que la valore, respete y procure por ella. 

            Después de algunos meses de tórrido romance brotaron los altibajos. Romeo empezó a ver defectos en ella. Y se los reprochaba. También vinieron los celos que, para los estudiosos, es una de las causales preponderante en un asesinato de pareja. Los celos son inmemoriales (se dice que desde la época de los griegos) y se trata de sentimientos oscuros y entelarañados que rompen las capacidades cognitivas tanto en hombres como mujeres. 
        Las fantasías de Citlatli empezaron a esfumarse entre neblinas de dudas y temores. La acaramelada historia parecía estar llegando a su colofón cuando, tras una discusión bizantina, Romeo le dio la primer golpiza. Esa vez Romeo estaba evidentemente enfurecido y ya no era aquel Romeo que Citlali conoció el otoño anterior entre el aroma de hojas secas y promesas de amor eterno: era el Romeo de carne y hueso, la bestia, el despiadado, no el de la obra de Shakespeare que la ilusa de Citlali creía embelesada por la pasión que ciega. 
            El viernes 28 de junio de 2013 por la noche Romeo llegó al departamento 202 del Andador Yaxilán, edificio 3, manzana 28 del fraccionamiento Infonavit Solidaridad, en Terán. Allí vivía con Citlatli de tiempo atrás. Horas más tarde salió de la vivienda y ya no se supo de él hasta que elementos policiales lo detuvieron el 8 de julio como presunto responsable del asesinato de Citlali de Lourdes Molina Aguilar, de 26 años de edad, la misma joven a la que, entre arrumacos y besos, le pintaba un mundo maravilloso de felicidad. 
            La muchacha había sido reportada por sus familiares en calidad de desaparecida. Un velador del fraccionamiento fue pieza clave en la investigación ministerial, pues el hombre dijo que vio entrar a Romeo el día del crimen y lo vio salir presuroso y atisbando hacia sus alrededores. Luego corrió para perderse en la clandestinidad. Romeo tampoco se presentó a las exequias de Citlatli y eso llamó la atención de la policía y de los propios allegados de la joven. 
            La Procuraduría de Justicia del Estado, todavía al mando de Raciel López Salazar, designó a sus mejores detectives y el rompecabezas empezó a entretejerse. Varios vecinos del sector se prestaron a colaborar con la policía en un evento raro porque la policía, en estos períodos, ya no es de fiar. Lo hicieron, sin embargo, porque sabían que Citlali de Lourdes era una chica educada, que jamás negó el saludo a nadie y con una alegría desbordada por vivir. Y porque, además, su crimen conmocionó a las familias tuxtlecas que exigían el esclarecimiento. 
           En base a las pesquisas se supo que Romeo Poumián Flores golpeaba recurrentemente a Citlali pero que ésta no lo denunciaba por miedo, ese mismo miedo que finalmente terminó con su existencia. 
         Citlali fue asesinada la madrugada del sábado 29 de junio y su cadáver encontrado hasta el lunes uno de julio por la tarde. Al aplicar el Protocolo de Actuación en la Investigación del Delito de Feminicidio, la Fiscalía Especial ordenó la práctica de las pruebas periciales en criminalística forense, genética forense, barrido de uñas, fotografía, búsqueda de huellas, identificación de líquido seminal, pericial químico, proctológico y búsqueda de células epiteliales y no hubo dudas de quién era el autor material. 

 MÁS ALLÁ DE LA FICCIÓN… 
          Aunque para los más estrictos doctos del Derecho penal se trata de un crimen a secas con todas sus agravantes, el feminicidio se puso de moda como un mero esnobismo que traspasa la ficción y se convierte en una realidad dramática que en Chiapas ya mueve a autoridades y a organizaciones civiles en defensa de los derechos y la vida de las mujeres. 
         El término feminicidio se acuñó por cuestión de género pero hay diversas ambigüedades que son las que excitan a los penalistas a debatir sobre el tema. Lo que sí está por encima de la polémica es que, en la mayoría si no es que en todos los casos, siempre la víctima tiene una esfera de relación con su verdugo. 
        La periodista y activista Patricia Chandomí afirma que, a diferencia de otros estados, donde la mitad o más de la mitad de los victimarios son desconocidos, en Chiapas el 70 por ciento de los feminicidios fue cometido por algún conocido de la víctima, principalmente pareja, ex pareja, pretendiente, novio, amigo del novio.
        No hay una cifra oficial de crímenes de mujeres en la entidad. Los números que se manejan son extraoficiales y a conveniencia en el afán de politizar un asunto que va más allá del surrealismo.
       La presidenta de la Comisión de Equidad y Género del Congreso local, Alejandra Soriano Ruiz, diputada del PRD,  afirma que en 2012 ocurrieron 91 feminicidios y este año van 50, razón por la que urge la prevención y el castigo ejemplar a los asesinos de mujeres en la entidad. 
        La pregunta es cómo la diputada Soriana tiene esos informes que no posee ni siquiera la policía. La vaguedad de la estadística es lo que genera el recelo social en un thriller que lamentablemente ya lo han politizado desdibujando su pavoroso contexto.

3 comentarios:

  1. Lo más amarillista que puede existir lástima que las autoridades nunca hacen correcto su trabajo y se lavan las manos deteniendo a un INOCENTE y llenandose laS bocas que son eficietes pero existe un Dios

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  2. Los periodistas creen saber todo pero esta ves es una gran mentira personas que conosemos a Romeo de años sabemos quien es y se demostrará su inocencia ojala nunca pasen por un caso asi donde la "justicia" abusa de su poder y lo seguirá haciendo son sólo autoridades de papel hacen lo que lea combiene y los periodistas entre más mierda le meten al pueblo más dimero gana hagan bien si trabajo

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  3. Romeo no era el unico novio investigate antes de hablar de un caso porque al novio de hace 5 años quien la maltrataba no lo investigaron?? Por que es más facil culpar a un inocente y evitar trabajar de verdad justicia pedomos amigos y familia de citlalli pero justicia de verdad no quieran tapar el sol con un dedo que no se puede

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