lunes, 1 de julio de 2013

SÓLO PARA ENTERADOS



Isabel Aguilera de Sabines, 
el otro cabo suelto

• Dirigía al POCH desde la clandestinidad, pero recibía una dieta mensual de casi 400 mil pesos

A los chiapanecos le cuesta 4 millones 200 mil pesos al año; el partido se crea desde las sombras para el atraco

       
             Húbert Ochoa  
             (hubert8a@gmail.com)  
 
          El Partido Orgullo de Chiapas recibe de prerrogativa mensual del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana 389 mil 205 pesos que redondeados da una cifra de 4 millones 200 mil pesos al año. ¿A dónde se va ese dinero propiedad de los chiapanecos?
          Si bien la Constitución ampara la creación de partidos políticos, también hay preceptos que deben seguirse, siendo requisito indispensable la celebración de asambleas con no menos de 2 mil 500 gentes valoradas por el árbitro correspondiente, en este caso el IEPC. El trámite debe caminar algunos años y no es nada más enchílame estos tacos.
          El POCH es otro tema pendiente de legalidad. Surgió no ajustado a los cánones jurídicos sino de las sombras, ya que en la oficina de Nemesio Ponce Sánchez, en el segundo piso de palacio de gobierno, tres meses antes de las elecciones de julio del año pasado se elaboró papelería espuria, se compilaron firmas apócrifas, se usaron nombres fantasmas y otras trampas para  acreditar ante el Instituto Electoral al partido y, claro, no hubo escollos porque a la sazón el juez que debía evaluar y aprobar era una mesalina más a las órdenes del poder.
          De esposa del mandatario en turno y reina de belleza en Tlaxcala en 1990, la señora María Isabel Aguilera Aburto, quien llegó a Chiapas en el verano de 1997 al lado de su consorte Juan Sabines Guerrero, dio un salto espectacular a la política al convertirse en presidenta del POCH para no permitir que manos extrañas a los intereses de la cofradía controlaran el jugoso presupuesto que los chiapanecos enriquecen con sus gravámenes.
          Si identidad ni historia que soporte sus andamiajes, el partido fue otra caja chica de la corrupción en el crepúsculo del régimen anterior porque no había saciedad para el robo. La gula para apropiarse de los dineros del pueblo fue brutal que los integrantes del cártel de Nemesio Ponce Sánchez pasaron en seis años de mendigos a millonarios, dejando una deuda, como sabemos, de 40 mil millones de pesos que ya está en  el escrutinio de la Procuraduría General de la República y es seguro que en breve varios ex funcionarios dejen las camisas Armani y Hermenegildo Zegna para ponerse el uniforme de rayas del penal El Amate.
          Como consecuencia lógica de su atadura al cordón umbilical del poder, los recursos distribuidos al POCH fueron manoseados de manera discrecional y abusiva, sin rendir cuentas a la instancia tutelar y si lo hacía era amañada en la opacidad creada desde el despacho del truculento Nemesio Ponce Sánchez, un sujeto ambidextro porque tuvo una habilidad magistral para atracar tanto con la mano derecha como con la izquierda el peculio del pueblo chiapaneco. Incluso, a través de esa misma oficina al POCH se le otorgaban fondos adicionales a los que absorbía del IEPC con puntualidad inglesa.
          Pese a toda la inyección monetaria y que era un partido de familia, de una misma mafia, el POCH exhibió un rendimiento mediocre en los comicios. Primero hizo pública la postulación de Marvin Lorena Arriaga como su candidata a gobernadora y la ciudad se inundó de gallardetes en donde la insolente señora Arriaga aparecía sonriente, enseñando sin reserva los premolares diciendo que iba a ganar por amor a Chiapas.
          Arriaga fue bajada del caballo por un disgusto de Nemesio Ponce Sánchez. La elite observó que jamás el partido podría conquistar un solo voto llevando de abanderada a mujer de oscura reputación en su carrera pública, desconocida hasta en la cuadra de su casa y altanera al igual que todos los del círculo de primera línea.
Antes de saborear las mieles de la riqueza y de codearse con la high society, la señora Arriaga era una chicuela traviesa y divertida que recortaba los periódicos para elaborar la síntesis informativa de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos. No tenía ni escritorio, pero en el sabinato ascendió a directora del CONECULTA llegando hasta la candidatura. Su cónyuge todavía sigue en la nómina gubernamental y se dice que cada mes, con dinero oficial, viaja a España para verla pues ella allá estudia una maestría.
Lo que pasó con Marcela Bonilla Grajales es francamente ridículo. Un caso para el morbo pero que al mismo tiempo animaba carcajadas y era objeto de cualquier tipo de chungas. Miss Chiapas en 1987, dueña del restaurante Los Ladrillos a la salida de Chiapa de Corzo, Bonilla realizó un desempeño lastimoso en su primera incursión política. Y con razón, pues no es lo mismo preparar botanas de costillas fritas y caldos de shuti que oficiar el bello arte de la política.

-¿PORQUÉ?
En estos momentos está en la mesa de las discusiones la composición del POCH. Ciertamente el IEPC no puede exigir la reestructuración de sus cuadros directivos porque eso es facultad propia del partido, decisión interna, pero sí someterlo a la transparencia pues los recursos ciudadanos ya no pueden servir para satisfacer la glotonería de los políticos del pasado.
Con 21 mil votos en el proceso electoral de 2012 el POCH alega que le son suficientes para no perder su registro. La ley obliga a alcanzar al menos el 2 por ciento de las votaciones para mantenerse.  Esa es otra maldición que cae sobre los mexicanos, ya que así se engordan a camarillas de vividores que ninguna aportación dan al desarrollo del país.
El POCH tenía una dirigencia virtual. Aguilera Aburto “está en un lugar desconocido”, ha dicho Mercedes León Hernández, una de sus fieles colaboradoras. Ella sólo daba instrucciones a través de videoconferencias o del whatsapp de varios celulares. Sin embargo, el partido sigue usufructuando sus 389 mil 205 pesos, libres de polvo y paja, alimentando suculentamente a los parásitos que lo representan en un grosero contraste a la carencia alimentaria que sufren miles de hogares chiapanecos y a la política de austeridad puesta en marcha el 8 de diciembre de 2012.
El sábado 29 de junio de 2013, el POCH, en un comunicado de dos párrafos, anunció que Isabel Aguilera de Sabines dejaba la dirigencia del partido. No dio más detalles.



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